Dióxido de Carbono (CO2)

Dióxido de carbono (CO2)

 El dióxido de carbono o anhídrido carbónico es un gas incoloro e inodoro que se forma en todos los procesos en los que se da una combustión de sustancias que contienen carbono. En ambientes interiores no industriales, el principal foco emisor es la respiración humana, fumar, cocinas de fogones, velas y las calefacciones. Una molécula de CO2 está formada por dos átomos de oxígeno y un átomo de carbono.

El CO2 es un compuesto natural necesario para la vida en el planeta, pues las plantas lo necesitan para realizar su fotosíntesis y estas nos devuelven oxígeno (O2), necesario para todos los organismos aerobios que necesitan el oxígeno para vivir y desarrollarse (mamíferos, aves, etc.)

El CO2 se genera de forma natural en la respiración de los organismos aeróbicos (humanos, animales, etc.)

Contaminación atmosférica por CO2

 El CO2 en nuestro planeta aumenta día a día por la acción del hombre. La quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón, etc.) para obtener energía, la quema de residuos, los procesos industriales, la deforestación y quema de biomasa son algunas de las principales causas.

Hace unos 200 años, al principio de la “Revolución Industrial”, el CO2 en la atmósfera terrestre era de unas 250 partes por millón (ppm). En la década de 1960 la concentración de este gas, ya superó las 300ppm. y en la actualidad se alcanzan registros de 415ppm y más (observatorio de Izaña, en Canarias), registros que no se habían alcanzado desde hace más de 10.000años o desde que se conocen los humanos modernos.

El dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero, pues retiene el calor que se genera en el planeta. Al aumentar la presencia de este gas en la atmósfera, genera un calentamiento global por el efecto invernadero que se produce o más conocido como cambio climático que da lugar a fenómenos atmosféricos muy acusados como olas de calor (con sus grandes incendios forestales, …), fuertes borrascas con inundaciones, …

En espacios interiores, la medición de CO2 es un buen parámetro para medir la calidad del aire. Este gas se forma con la respiración de los ocupantes y con la combustión de cocinas, velas, etc., por tanto, cuando las renovaciones de aire son insuficientes, la concentración de CO2 supera las 1.000 ppm. de forma fácil.

Actualmente el CO2 en las viviendas también ha aumentado de forma importante, pues la estanqueidad de las viviendas es mucho mayor que antaño y la falta de una ventilación adecuada o renovación adecuada del aire interior es algo muy común, especialmente en las épocas en que el clima es más severo. El aumento de los niveles de CO2 va unido a una disminución de los niveles de oxígenos presentes en el aire interior.

Efectos en la salud

 La falta de una buena ventilación en los espacios interiores, es motivo de concentraciones de CO2 elevadas. Los niveles altos de CO2 están ligados a una serie de síntomas relacionados con la salud, con el bajo rendimiento físico y mental, los olores, falta de ionización negativa y con la comodidad de las personas que habitan estos espacios.

El CO2 produce un desplazamiento del oxígeno en el aire que respiramos y en concentraciones altas (más de 30.000ppm) puede producir asfixia.

En la naturaleza hay una concentración de unas 300 a 550ppm. de CO2 en función de si medimos en un entorno rural o urbano, pero en espacios interiores insuficientemente ventilados se sobrepasa las 1000ppm de forma fácil. Por ejemplo, en un dormitorio medio mal ventilado, después de una noche de descanso de 8horas, y dos durmientes en ella con un volumen de aire de unos 60m3, es muy normal medir más de 2000ppm.

En función del alto nivel de concentración de CO2 que se de en los espacios interiores, se van a producir una serie de síntomas más o menos graves o molestos.

  • A partir de 1000ppm disminuyen las capacidades cognitivas, disminuye el rendimiento, aumenta el cansancio y la fatiga, disminuye el poder de concentración, aumenta la incomodidad, aumentan los malos olores, etc. Esta concentración es fácil de alcanzar en poco tiempo, en una estancia cerrada, ocupada por una o más personas. Los niveles de CO2 aumentan más rápido cuando el número de personas en la estancia aumenta.
  • A partir de 5000ppm puede causar dolores de cabeza, irritación emocional, desvanecimientos, lentitud mental e interrupción del sueño, aunque algunas personas más sensibles experimentan estos síntomas con valores de CO2 más bajos. Estos valores de CO2 no es fácil alcanzarlos en viviendas y oficinas, pero no es descartable que se puedan alcanzar en lugares muy estancos y que nunca se ventilan.
  • En concentraciones altas, cercanas a la 30.000 ppm, puede causar, de forma más acusada, dolores de cabeza, falta de concentración, somnolencia, mareos y problemas respiratorios.
  • En concentraciones cercanas a 70.000ppm se produce asfixia por desplazamiento del oxígeno.

Soluciones

Lo ideal es que el cociente entre la concentración exterior e interior de CO2, sea lo más cercano a uno.

Es importante señalar, que las personas con problemas de asma o SQM, deben evitar estar en lugares donde la concentración de CO2 sea alta.

Unos grandes afectados por niveles de CO2 altos, son los niños en los colegios. En España no hay normativa que regule el nivel de CO2 en los colegios como existe en otros países europeos (Francia), y es bien conocida la relación entre el bajo rendimiento escolar y los altos niveles de CO2 en las aulas. Los niños, por su metabolismo y actividad, producen mucho más CO2 que los adultos.

Una buena ventilación o renovación del aire interior es de vital importancia para mantener una buena higiene en nuestro hogar y al mismo tiempo reducir los niveles de CO2 e incrementar el oxígeno (O2), reduce los niveles de formaldehido y COV que se generan en los ambientes interiores derivados de barnices, pinturas, mobiliario doméstico, productos de limpieza, etc.

Podemos darte soluciones para crear un espacio interior más saludable.